Hace unos meses decidí probar en el gimnasio una sesión de una modalidad nueva para mí: Body combat. La palabra «combate» puede resultar algo agresiva, pero en realidad no es así. Se trata de una sesión de trabajo físico en el que se combinan movimientos de diferentes disciplinas relacionadas con la lucha (taekwondo, boxeo, capoeira…) coreografiadas con música. Tiene momentos de mayor intensidad aeróbica, mezclada con otros de menos, pero siempre resulta divertido.
No exige una determinada condición física previa porque algunos ejercicios pueden graduarse en intensidad (con mayor o menor impacto), pero sí debes tener cierto fondo y estar preparada para poder resistir el ejercicio de manera continuada. Aún así, el hecho de que se realice con música le hace divertido y, en mi caso, es una motivación extra muy importante. Antes de empezar tenía mil dudas, pero cuando lo realizas de manera continuada, te sientes cada vez mejor. Sin lugar a dudas me supone un extra «dopaminérgico».
Es un combate contra ti misma, contra tu pereza, tus miedos… y sobre todo contra la inmovilidad del párkinson.
Con motivo del mes del párkinson reuní a un grupo de amigas y algunos antiguos alumnos para hacer una sesión. Lo pasamos muy bien pero sobre todo sirvió, una vez más, para demostrar lo fundamental que es contar con el respaldo de gente que te quiere. Sentir que no estás sola te da fuerzas para continuar.
Gracias a todos ellos y gracias también a Adrián, el monitor que se prestó a realizarnos la sesión.
Rosa Blázquez