Un enfoque preventivo para las mujeres que padecen la enfermedad de Parkinson: sustitución hormonal, embarazo y cuestiones recientes

Un enfoque preventivo para las mujeres que padecen la enfermedad de Parkinson: sustitución hormonal, embarazo y cuestiones recientes

Las doctoras Subramanian, Keener y Moro junto con tres mujeres que padecen la enfermedad de Parkinson (EP) y que también forman parte del personal sanitario, publicaron recientemente un artículo en la revista Movement Disorders en el que destacan una serie de carencias en el tratamiento, activismo e investigación en favor de las mujeres con párkinson . Resumiremos las conclusiones de este artículo en las siguientes entradas del blog, ya que conocemos la importancia de este «llamamiento a la acción», ya que su contenido puede no estar disponible para todo el mundo. El objetivo del blog es cubrir esta carencia. La Dra. Annelien Oosterbahn, ginecobstetra con párkinson y apasionada por estos temas, se ha ocupado de redactar la sección de este artículo que trata sobre las hormonas y otras cuestiones críticas. 

¿Cómo de común es la enfermedad de Parkinson en hombres frente a mujeres?

La enfermedad de Parkinson es 1,4 veces más frecuente en hombres que en mujeres, aunque el índice es más bajo en Asia (entre 0,95 y 1,2 veces más común en hombres que en mujeres). Esto puede deberse a las diferencias en el entorno o a factores genéticos, e incluso podría tener que ver con cómo se llevó a cabo el estudio. Curiosamente, a lo largo de los años la incidencia de esta enfermedad en las mujeres se ha mantenido estable, mientras que en los hombres ha aumentado. Estos datos apoyan en conjunto la importancia de los factores genéticos y epigenéticos específicos de cada sexo en las causas de la enfermedad de Parkinson. Se trata de información relevante para ayudarnos a entender mejor la enfermedad.

¿Son los factores de riesgo de la enfermedad de Parkinson los mismos para hombres y mujeres?

El sexo y el género interactúan con varios factores de riesgo de la enfermedad, produciendo distintos efectos; es un tema sobre el que los estudios no logran ponerse de acuerdo. Un ejemplo es el consumo de cafeína, que está relacionado con un menor riesgo de EP entre los hombres, pero no entre las mujeres. No obstante, el riesgo de EP aumentó entre las mujeres posmenopáusicas que seguían un tratamiento hormonal sustitutivo y consumían cafeína. Según un trabajo reciente, el riesgo de EP era menor en hombres fumadores en comparación con mujeres fumadoras con el mismo nivel de exposición. Por el contrario, se produjo una disminución más pronunciada del efecto del consumo de alcohol en el riesgo de EP en mujeres que en hombres. La exposición a pesticidas también se ha relacionado con el desarrollo de la EP, aunque estudios anteriores encontraron esta asociación sobre todo en hombres y no en mujeres. Por lo tanto, será necesario realizar más investigaciones para aclarar estos resultados contradictorios.

¿Los estrógenos actúan como protectores para las personas con EP?

Las diferencias de sexo en la epidemiología del párkinson indican que los estrógenos son «neuroprotectores». En estudios preclínicos, se ha demostrado que esta hormona protege contra la muerte de células cerebrales y tiene efectos antioxidantes. Además, evita que la proteína alfa-sinucleína se agrupe y forme fibrillas. Numerosos estudios han probado que una mayor exposición total a estrógenos a lo largo de la vida puede estar asociada con un menor riesgo de EP en mujeres, aunque otros no han sido concluyentes.

El momento de la exposición a los estrógenos y la relación con las hormonas sexuales pueden ser factores críticos. Se ha demostrado que el tratamiento solo con estrógenos entre mujeres posmeniopáusicas e histerectomizadas puede aumentar el riesgo de EP en comparación con el no aumento del riesgo en las mujeres que experimentan la menopausia natural y reciben el tratamiento habitual con una combinación de estrógenos y progesterona. Un análisis retrospectivo reciente reveló que una mayor duración del tratamiento hormonal sustitutivo (THS) estaba relacionada con un menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas, entre ellas la EP. Por el contrario, otro estudio sobre mujeres con menopausia natural mostró que seguir el THS durante más de cinco años se asociaba con un aumento del 17 % del riesgo de EP en comparación con mujeres posmenopáusicas que nunca se habían sometido a él.

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¿Cómo afecta el tratamiento hormonal sustitutivo (THS) al riesgo de aparición posterior del párkinson?

Las publicaciones actuales revelan datos opuestos sobre el impacto del THS en el riesgo de EP. Una posible explicación radica, por un lado, en la interacción entre el momento y la duración de la exposición a las hormonas y, por el otro, en la interacción con otros factores de riesgo genéticos y ambientales.  Conocer los efectos reales que tienen los factores reproductivos, el THS y el uso de la píldora anticonceptiva oral sobre la EP ayuda a descubrir los mecanismos y vías que los causan y a concretar estrategias para la prevención de la enfermedad en el futuro. Actualmente, los efectos del THS sobre el riesgo de EP no son concluyentes y es preciso estudiarlos más a fondo. La interrelación entre estos factores es compleja, pero actuar sobre las diferencias de sexo en la fisiopatología de la EP puede abrir nuevas vías de investigación y, con ello, el posible desarrollo de tratamientos específicos para cada sexo.

Una joven sonriendo con una playera de color negro

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Noto que los síntomas de la enfermedad de Parkinson fluctúan con la menstruación, ¿podría ser así?

La asistencia a las mujeres con párkinson debe extenderse también al reconocimiento de las fases hormonales a lo largo de su vida, diferentes para cada una de ellas. En ocasiones, las mujeres señalan un empeoramiento de los síntomas motores antes de la menstruación. De hecho, una encuesta promovida por activistas realizada entre 200 mujeres con EP confirmó este fenómeno.

La caída de los estrógenos antes de la menstruación causa estas fluctuaciones y existen numerosos informes contradictorios sobre el beneficio de tomar levodopa adicional durante este período (como planteamiento sintomático). Con todo, este asunto es, en gran parte, un desconocido.

¿Qué ocurre con el embarazo si se padece párkinson?

Mujer parada frente a puerta de madera

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Aunque el párkinson se diagnostica por lo general a personas de edad avanzada, alrededor del 5 % de mujeres padecen esta enfermedad antes de los 40. Este grupo de pacientes de párkinson de inicio temprano (EPIT) abarca a las mujeres que se plantean quedarse embarazadas (después del diagnóstico) y que podrían tener menstruaciones continuas y fluctuaciones hormonales asociadas, las cuales deben controlarse mediante anticoncepción o regulación hormonal. Debido a la edad materna cada vez más avanzada y al aumento de la incidencia de la EP, sobre todo de la EPIT en todo el mundo, el embarazo de mujeres con esta enfermedad será más frecuente en el futuro. Los síntomas de la EP empeoran durante el embarazo y el posparto, pero la fisiopatología de estos cambios no se conoce del todo. La levodopa sola es el tratamiento más utilizado para estos casos, ya que no parece originar un mayor riesgo de anomalías congénitas ni resultados adversos. Por el contrario, la amantadina, un medicamento teratógeno, está contraindicado durante la gestación. Con todo, no existen guías clínicas para el tratamiento de la EP en el embarazo y los estudios sobre salud materna escasean, concretamente sobre las cesáreas, anestesia obstétrica, depresión puerperal y consecuencias para el feto.

¿Qué ocurre con la menopausia? Noto que mis síntomas empeoraron con ella

Las mujeres con EP también observan un empeoramiento de los síntomas durante la perimenopausia debido, posiblemente, a la caída de estrógenos. Una vez que se ha diagnosticado a las mujeres de EP, la pregunta que se debe plantear es si el THS podría ser beneficioso para tratar las fluctuaciones de los síntomas de la enfermedad en la perimenopausia y la posmenopausia. El hecho de si se debe empezar con el THS y cuándo es muy controvertido, por lo que los neurólogos y ginecólogos deberían colaborar en la investigación (con el objetivo de realizar los estudios adecuados y formular las preguntas correctas), además de establecer colaboraciones más estrechas para la atención clínica de mujeres con EP durante todos estos cambios hormonales. Por último, para que las mujeres que se planteen un embarazo en el futuro puedan tener acceso a consejos y orientaciones, recomendamos la formación de un registro prospectivo internacional.

Fuente aquí

Traducción de Olga López Calvo (Universidad Complutense)

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