Lo que nunca hubiera soñado
A la publicación de mi libro Renacer a los 50: la enfermedad de Parkinson como punto de partida, le sucedieron múltiples actividades en cascada, todas con un denominador común: fueron ideadas y planificadas por los propios lectores y lectoras. Empecé a contactarme con gente del exterior y empecé a viajar. Llegué a México en enero de 2019 y alcancé a regresar a mi país apenas unos días antes de que declararán la emergencia nacional por la pandemia del COVID 19. Obviamente, con gran frustración, tuve que reconocer que eso significaba la cancelación de todas las presentaciones que tenía programadas. Pero al poco tiempo llamé a Marie Perry, una lectora estadounidense que reside en México, que me escribió unos días antes de mi viaje a ese país. Había visto una entrevista mía en Youtube y se había sentido identificada conmigo como nunca antes le había ocurrido. Le había pedido a su marido que le encargara mi libro como regalo de cumpleaños. Ella vive a tres horas en auto de donde yo iba a dar la conferencia. Pues, cuando le llegó mi libro y lo empezó a leer, le pidió a su marido que la lleve a conocerme. Y así fue, e hicimos una alianza inmediata. El día que la llamé, le pregunté: «Marie, ¿qué estás haciendo durante el confinamiento? ¿No te gustaría traducir el libro al inglés?» A lo cual ella me contestó: «Ayer de noche estaba pensando en ofrecerte eso mismo». Así que inmediatamente nos pusimos manos a la obra, y en tiempo record nació Rebirth at 50: in the end, it was not The End.
Habíamos logrado una vez más convertir la adversidad en oportunidad. Con más tiempo para participar en las redes sociales y con las versiones en español y en inglés disponibles, se me abrieron puertas inimaginables. Me hicieron entrevistas, publicaron artículos en varias páginas, recibía devoluciones de lectores de países lejanos, en diferentes idiomas. A veces digo que si alguien me hubiera dicho hace 8 años que algo de esto me iba a suceder, le hubiera contestado que no estaba en su sano juicio.
Pero faltaba algo más que me rondaba en la cabeza. Yo escribía bilateralmente con muchas lectoras uruguayas con diagnóstico de enfermedad de párkinson de origen temprano. Se me ocurrió que podría generar un grupo en donde todas se pudieran conocer. Y el resultado fue increíble. La necesidad de contar con ese espacio era mucho mayor de lo que yo había sospechado. Hoy somos 20 mujeres, de diferentes partes del país, que dialogamos a diario sobre el párkinson, claro, pero también sobre los hijos, intercambiamos recetas y cosas de la vida misma. Somos Mujeres en Presente, aunque nos gusta auto llamarnos Mujeres Poderosas. Cada una que va cumpliendo años recibe como regalo una colcha de lana merino, que imaginariamente nos une a todas, mientras seguimos tejiendo redes. Porque, por más que digan que hay tantos cuadros de párkinson como pacientes hay, yo creo que el sentimiento hacia la enfermedad tiene mucho en común en cada una de nosotras, y que necesitamos de la contención de un grupo que nos entienda y en el que nos podamos ayudar mutuamente. ¡Hagamos crecer la red para que nadie se sienta sola y única en este camino!