Párkinson en mujeres
En la EP, además de haber diferencias en el riesgo de padecer la enfermedad también se han encontrado diferencias clínicas y en la respuesta a los tratamientos. Por ejemplo, los síntomas motores aparecen más tarde en la mujer y hay más posibilidades de que el temblor sea su primera manifestación clínica. Durante el curso de la enfermedad además pueden presentar más rigidez, inestabilidad postural (con caídas) y más complicaciones motoras. En cuanto a síntomas no motores, las mujeres con EP son más propensas a sufrir, en mayor frecuencia o en mayor intensidad, de fatiga, depresión, piernas inquietas, estreñimiento, dolor, pérdida de olfato o gusto, cambios de peso y aumento de sudoración. También hay mayor predisposición a tener dificultades para tragar. En general, aunque las mujeres suelen presentar más problemas visuoespaciales, los hombres presentan más problemas de deterioro cognitivo asociados a esta enfermedad.
En términos del tratamiento, las mujeres suelen tomar dosis más reducidas de levodopa y en cambio suelen presentar más disquinesias (movimientos involuntarios secundarios a la toma de levodopa). Otra complicación de la medicación, típica de los agonistas dopaminérgicos, es el Trastorno de Control de Impulsos. Mientras que los hombres suelen tener trastornos asociados a la hipersexualidad, las mujeres suelen presentar más comportamientos asociados a la realización de compras compulsivas o atracones de comida. La solución a estos problemas suele ser reducir o suspender los medicamentos responsables y la mujer suele presentar una mejor resolución del problema que los hombres. En un estudio italiano se objetivó que el uso de recursos asistenciales también es diferente. Las mujeres son más propensas a necesitar de cuidadores pagados, mientras que los hombres suelen tener cuidadores familiares (sus esposas en general). En cambio, en una encuesta a los cuidadores, los cuidadores de las mujeres afectadas referían un menor agotamiento psicológico que los cuidadores de los hombres con EP.
Los médicos e investigadores deben tener en cuenta estas diferencias que pueden ser secundarias a diferencias hormonales, pero también sociales para un mejor manejo y estudio de la enfermedad. Por este motivo, cada vez más se alienta a la comunidad científica a tener en cuenta el sexo biológico como variable. Aun así, hay mucho trabajo por delante.
Alexandra Pérez Soriano
Neuróloga e Investigadora
Especialista en la enfermedad de Parkinson y parkinsonismos atípicos
U-Parkinson
REFERENCIAS:
1. Dahodwala N, Shah K, He Y, Wu SS, Schmidt P, Cubillos F, et al. Sex disparities in access to caregiving in Parkinson disease. Neurology . 2018 Jan 1;90(1):E48–54.
2. Cerri S, Mus L, Blandini F. Parkinson’s Disease in Women and Men: What’s the Difference?. Vol. 9, Journal of Parkinson’s Disease. IOS Press; 2019. p. 501–15.
Muy interesante! Yo conozco una clínica por que mi madre tuvo que ir ya que tiene parkinson en la que todas las prefesionales son mujeres https://masvita.es/rehabilitacion-parkinson-madrid/
Un abrazo!
Ángela